REFLEXIÓN 19: RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS CON EL ALUMNADO

En esta entrada, os compartiré el caso de un niño de primaria que empujó a su profesora causándole serios problemas físicos. La entrada tiene como subtítulo: ''Profesores denuncian que los conflictos en las aulas con niños de Primaria superan ya a los de secundaria.'' Vengo a exponerles un ejemplo de bullying dentro de las aulas, de agresión o de acoso escolar dado que el profesor Indalecio ya nos había hablado de este tema, sobre qué haríamos ante un caso de estos viéndonos tal vez frustrados y sin fuerzas para darle solución. Así, vemos que los niños nunca están solos o indefensos como se ven en las aulas dado que siempre tendrán alguien que los respalde en sus hogares y lo peor, no sabemos qué clase de padres tiene. 

En mi experiencia como profesor, opino que siempre debemos estar firmes en nuestro rol o posición, sin demostrar miedo de lo que pueda ocurrir, estando tranquilos por qué el que nada debe nada teme. También, llevar siempre un registro o evidencia no sólo con las tecnologías que tengamos a nuestra disposición si no también impresos, documentos, papeles que nos soporten los argumentos que tengamos que dar. Las quejas que se presenten, actuando así, tendremos más ganado a nuestro favor que en contra el problema puesto que si nos piden hechos o pruebas que demuestren lo sucedido, ya tendremos con que patentizar que es así. Esto también funciona para la toma de decisiones final en cuanto a notas y oportunidades que se le pueda dar al alumnado. Por último, tenemos que establecer expectativas y planes de mejora dentro del aula, que seamos conscientes primeramente de que si los podemos cumplir para después enunciar esto a los padres y conocer también la opinión de ellos. Siempre siempre es mejor comenzar resaltando lo bueno que se ve o se conoce del estudiante hacia los padres, luego decirles también sin tapujos ni rodeos lo malo para que en sus casas ellos comiencen a tomar medidas que les pueden servir con sus hijos. Hay que notar que esto hay que hacerlo siempre sin rodeos, ser claro y directo con el comportamiento, rendimiento que nosotros como profesores percibimos en nuestros estudiantes y ser siempre empático, modelador y convincente con los propósitos que se quieren o se esperan lograr con el alumnado. 

Es un caso especial, puesto que muy escasas veces se presenta algo así en particular. Es el caso de una profesora de Aragón con 34 años de experiencia en las aulas, sufrió el año pasado (2018) un esguince de muñeca tras caerse al suelo, después de que uno de sus alumnos le empujara. El niño, de 1° de Primaria, acumulaba varios apercibimientos previos. Pero sus padres no hacían nada al respecto. La maestra temblaba, cada vez que tenía que enfrentarse con el crío en clase. El caso lo cuenta el Defensor del Profesor, que el curso pasado 2017/2018 registró 2.179 llamadas de docentes que pedían ayudas por falta de respeto de los alumnos, amenazas o agresiones por parte de alumnos y padres. 

El volumen de llamadas es prácticamente el mismo que el registrado el curso anterior, pero a los responsables de este servicio que gestiona el sindicato Anpe les ha llamado la atención que, por primera vez, los conflictos denunciados en Primaria superan a los de Secundaria. El informe anual que han presentado este martes, señala que el 44% de los casos registrados corresponde a las denuncias de maestros que atienden a niños de entre los 6 y 12 años, mientras que el 39% es de profesores de alumnos de entre 13 y 18 años. 

Nicolás Fernández Guisado, presidente de Anpe, ha explicado que durante los últimos años los casos han ido aumentando en Primaria de forma sostenida. En Anpe no saben muy bien a qué obedece esta tendencia. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao dice que "el bullying es mucho más frecuente en Primaria que en Secundaria". "Antes empezaba a los 10 u 11 y finalizaba a los 14. Hoy en día se ha adelantado todo mucho, también el consumo de tabaco y de drogas. El bullying es más desde los entre seis y ocho hasta los 12. Es un poco lo de siempre: los padres hacen poco caso a los niños, tendemos a que crezcan demasiado rápido y todo se adelanta".